Berta García Faet
bajo las escaleras incrustadas en la roca.
me
zambullo en el mar.
me arremango la perspectiva.
mirar singlero.
Constantino Mpolás
Adreaide
RESEÑA
bajel
en su teatro:
palabra turca, trunca, despiadada y lasciva:
como
un ancla el sabor de esa redada:
ovillo del candor, su
desvergüenza:
joya de luto:
virgen que en saliva tantas
veces ajena:
y tan suyo el origen, sus ripios, sus
comienzos:
como atorado el ojo en lo que mira:
¿escribir
es
una gracia?
¿una culpa escribir? ¿una condena?
y el
poema
¿como absolución o nudo que en el látigo?
¿como
un leopardo el templo?
el templo
como un leopardo?
Mario Obrero.
TODO TIENE TANTAS PALABRAS
tanto dice en sus arrugas
habla todo y murmulla tanto
también lo que no sabe
con tactos los labios andan su destino
el cielo y las almohadas
la raigambre meñique de los sucesos
todo parlotea en alta y baja voz
inconmensurables sus lenguas
invisibles los habitamos.
Alicia
Borgogño
EN
ALGÚN LUGAR
Voy
sin mí...
Me
quedé sin querer
en
algún tiempo,
sin
pasos para andar.
Me
dejé hilvanada
en
algún rincón,
sin
alas para estrenar otros vuelos.
Voy
sin mí
porque
ayer me olvidé
en
algún hueco,
tratando
de no estar,
o
de esperar
hasta
nacer de nuevo.
María Elena Higueruelo
EL OTRO QUE YO SOY
Un lunes de invierno
en
una terraza de Benidorm
También la duda vendrá,
como lo han de hacer todas las
cosas,
y en la imposición de su sombra instará
a decidir,
llegado el momento,
si por fin rendir la ciudad
o bien,
henchidos de amor y bravura,
luchar contra los soldados del
tiempo,
invasores intentando instalar
entre tu frente y la
mía el absurdo.
Recordaré entonces tu voz
alzándose lenta sobre el
mundo,
tus palabras de luz imponiéndo-
se sobre el vino y
las frutas;
recordaré cómo el sol no pudo
brillar más
fuerte que tu acierto
y sabré que mi yo auténtico
no
existe y que en tal caso
me acompaña a todas partes.
Resolveré entonces pisar
a los fantasmas del futuro
y
sostendré fuerte tu mano,
querido hacedor de miniaturas,
porque
solo a tu lado puede
aflorar la otra que yo soy.
Anabel Vera Suares
TARDE
II
Cae
la tarde. Todas las aves
están
dispuestas a darme voces
Y
voy corriendo a juntarlas
en
el verso fácil.
En
la lentitud de los pasos ya cansados
que
tienen la gracia de hacernos esperar,
en
la suavidad de la caricia
en
la infancia sin percibir el peligro.
Aquí
están las voces de aves
Aquí
estamos tarde todos juntos esperando.
Amalia Bautista
EL PESAJE DEL CORAZÓN
Que nadie por tu culpa haya pasado hambre,
haya sentido miedo
o frío.
Que nadie haya dejado de vivir por tu culpa,
ni
temido la muerte, ni deseado morir.
Que ninguno haya dicho tu
nombre con espanto
o mirado tu rostro con desprecio.
Que
los demás te lloren cuando partas.
Así tu corazón no habrá
albergado el plomo
que lastra las mudanzas.
Así tu corazón
será más leve
que la más leve pluma.
Atilio
Castelpoggi
LAS
CALLES
1
Buenos
Aires comienza siempre
en el destino de un sueño
o a la
altura de un recuerdo más o menos
intenso.
A veces es como
un gran pensamiento
que se interna adentro de uno mismo
y
se transforma de repente en la velocidad
de una mirada
llena
de fervor por las cosas más mínimas:
un nombre, unas
calles,
el nivel de alguna duda que destrozamos
de
improviso en un beso,
o alguna mujer por la cual corremos sin
saber
el porqué
ni hasta dónde llegamos.
Otras veces
es un inmenso mapa de encuentros
más o menos hermosos
o
una piel dibujada en los croquis de una guía
de turismo,
o
un trozo enorme del corazón,
del tuyo, del mío,
del
corazón de todos.