martes, 7 de septiembre de 2021

Poemas : VERÓNICA FORREST THOMSON-JIM MORRISON- ANTONIO ALIBERTI- ERNESTINA DE CHAMPOURCIN- CRISTINA PIZARRO-MANOEL DE BARROS -GRACIELA MATURO-SILVIA MANZINI

 




VERÓNICA FORREST THOMSON




EN ESTA CASA


Todas las fotos están descoloridas.

Todos los relojes atrasan.

Las palabras del año pasado

se han quedado malolientes como humo, en aire gastado.

Las teclas del piano no se tocan más 

que para limpiarles el polvo.-

Habitaciones y muebles

han sido tanto tiempo familiares

que ya son simples recuerdos

y el ahora está ocurriendo en otra parte.

Pero ya el que habita ha sustituído la voluntad,

aunque los espejos estén gastados de nuestras caras

y la primavera llegue más tarde cada año.

Seguimos encendiendo flores como velas

en ventanas disueltas por la lluvia.

 

 

 

 

 

 


 

JIM MORRISON 


 DESPERTAR DEL RECÍEN  NACIDO

 

Gentilmente se agitan, gentilmente ascienden.

Los muertos son recién nacidos despertándose.

Con desoladoras amputaciones y almas húmedas.

Gentilmente suspiran en el extasiado funeral de asombro

¿Quién llamó a esa muerte al baile? ¿Fue la joven mujer aprendiendo a tocar la canción del fantasma en su pequeño piano?

¿Fueron los desérticos niños? ¿Fue el mismo fantasma de Dios, tartamudo, animado, charlando ciegamente?

Te he llamado para embalsamar la tierra.

Te he llamado para anunciar la tristeza cayendo como carne quemada.

Te he llamado para desearte el bien. Para glorificarte como un nuevo monstruo.

Y ahora te llamo para rezar.

 





ANTONIO ALIBERTI         



Cuando muchacho...


               

Cuando muchacho
me detenía a soñar
en el cuarto más oscuro de la casa
desde donde, los ruidos cotidianos,
se oían casi como una llovizna.
Ellos eran los únicos reales.
Yo lo sabía, pero igual soñaba.

Todos aspiramos a una porción de humo,
a un trozo de piel en donde guarecernos.

He aprendido mucho...
y sigo ignorando tantas cosas como entonces.

Ahora ya no soy yo,
me ha ganado el otro;
y aquél que fui
mira
a éste que soy
con extrañeza:
piensa que ni el gusto por los sueños le ha dejado.

 

 





                                         


                                             ERNESTINA  DE CHAMPOURCIN


CARTA AL VACÍO

Es escribir a alguien
o lanzarse al silencio,
a nadar en lo oscuro,
a encender una llama
aunque ahoguen las dudas.
¿Carta a lo que no existe?
Hay buzones alados
que se disparan solos
y un correo sin pistas
ni trayecto seguro.

Eludir el camino
que todos conocemos.
Seguir hacia adelante
ruta de los que intentan
lo que nunca pensaron
y se sienten felices
porque hay algo distinto,
porque se desvanece
de pronto lo que sobra
y no existe el vacío
si queremos colmarlo.





 

        CRISTINA PIZARRO


   CAPRICHOS


                                                      A Francisco de Goya y Lucientes




Vuelve desde el infierno

la esperanza

dibujada por el vuelo del águila,

pájaro de Dios que busca el sol

y arroja a Eros y a Tánatos

monedas arcaicas

con el valor de un mensajero celestial.


Vuelve desde el aire

la alegría

unida al muro con ángeles

y relieve de gladiadores,

como si fuera un cofre

que guarda

caprichos del amor y de la muerte

 



 

 


MANOEL DE BARROS 


LOS LÍMITES DE LA PALABRA

Estoy muy lleno de vacíos.
Mi órgano moribundo me predomina.
Estoy sin eternidades.
No puedo saber cuándo me desperté ayer.
Amanece sobre mí para el amanecer.
Escucho el tamaño oblicuo de una hoja.
Detrás del atardecer hierven los insectos.
Puse lo que pude en una mina de cricket
destino
Estas cosas me cambian a mota.
Mi independencia tiene esposas

 




GRACIELA MATURO                 

  

El MAR MECE SUS TUMBAS

 

Nadie conoce el juego.

De mi mano

cae la pura arena, irrecobrable.

Miro la luz que crece en cada grano

sola, mientras espero

las dádivas del mar.

Para nadie murmura

el casco delicado del caracol. Acaso

trae el viento a mi frente copos de espuma y sal.

Piedras, picos de pájaros comparten un destino

de calma mineral sobre la arena.

Unas flores, quemadas en su delirio, viajan

hacia el olvido

hacia el mar, como el agua

que tiembla en mis cabellos-

 

 

El mar mece sus tumbas sin lápidas, ajeno.

 

 

 


SILVIA MANZINI

 

PRIMERA PERSONA
 
 
mi pie suspendido entre un paso
y otro paso,
el salto, el vértigo, el vacío
mi pie en alto y el otro,
sin animarse
a despegar del suelo,
pegado a la ingrávida, gravedad
mi pie siente la sangre agolparse,
punzante
en la herida febril aún no cicatriza
apenas la piel recién nacida
aprender a caminar con el dolor del cuerpo
a contar pasos con el dolor de tu ausencia
No estás para recibirme en tus brazos,
ni para sostener mi paso
No estás a mi lado voy a tientas
zigzagueante
Te dejé partir no sabía detener tu marcha
ni mi marcha tal vez nunca te crucé
no avancé o no te dejé avanzar
en mi miedo a estar
y estás a la espera sin tomar ningún tren
en el andén de un país lejano
No está la que era cuando iba y venía
sin más queja que el propio andar


 



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